martes, 12 de marzo de 2013

Bienales, 'OP' y otros proyectos



Cuando se terminaron los Salones Atenas, se creó el programa 'Proyectos', para darles oportunidades a jóvenes artistas. Allí participaron Lorenzo Jaramillo, Maripaz Jaramillo y José Alejandro Restrepo. Simultáneamente se creó el Salón 'OP', de Diseño Gráfico, en el que estuvieron presentes Marta Granados y Dicken Castro. Además, el Museo fue sede de las primeras cuatro versiones de la Bienal de Arte de Bogotá, que también tuvo como propósito promover las manifestaciones de arte joven.






Los Salones Atenas



Se llevaron a cabo entre 1975 y 1984, en las instalaciones del Museo, gracias al auspicio de Atenas Publicidad, que dirigían Alberto Casas y Eduardo Vargas. Se vieron formas artísticas vanguardistas, como performances, instalaciones y videoarte. Allí estuvieron artistas que hoy cuentan con un enorme reconocimiento, como Miguel Ángel Rojas, Antonio Caro, Rosemberg Sandoval, Nadín Ospina y John Castles, quien recuerda que exponer allí "no solo era un gran reconocimiento, sino que marcaba un hito en la carrera de uno".







lunes, 29 de octubre de 2012

An


Y así como barre con todo lo que implique poder y burocracia, rescata a grandes figuras como Rafael Pombo y José Asunción Silva, de quien afirma que era un pícaro que estafó a todo el mundo, pero que escribió los 10 poemas más bellos de la poesía colombiana.
Revela que los Cuervo eran también biógrafos y que inclusive, Ángel era mejor escritor y cultivaba mejor el español que su hermano y que cualquiera de su época. Explica (siempre basado en cartas y testimonios) el proceso de elaboración del 'Diccionario de Construcción y Régimen de Lengua Castellana', del que apenas se vendieron 80 ejemplares en Bogotá, cuando Cuervo necesitaba que se vendieran por lo menos mil quinientos.





Dinámica

La reflexión de Cepeda sobre el destino de los pueblos latinoamericanos y sobre lo que podía ser la temática de la literatura continental se puede reconocer en el cambio de orientación de la obra, que de ninguna manera implica una renuncia a las exigencias de la modernidad. En el decenio de 1940, el joven Cepeda era un escritor preocupado por la necesidad de romper con la narrativa "terrígena", cuyas normas tiranizaban la literatura colombiana de entonces. De ahí, en los primeros tiempos, su dedicación a una temática exclusivamente urbana, y hasta norteamericana en cierto número de casos, puesta en práctica según formas agresivamente experimentales, siendo lo experimental una suerte de opción cosmopolita. Con el paso de los años, Cepeda fue recuperando sus vivencias cienagueras, marcadas por lo rural, pero sin volver a los viejos y parroquiales carriles de la narrativa "terrígena" y usando siempre formas resueltamente modernas: primero con el sutil juego de voces del cuento "Hay que buscar a Regina", y finalmente con La casa grande. Figuran en la novela los abusos y crímenes del imperialismo, las taras de la dependencia, la enajenación cultural e ideológica, la barbarie feudal, pero nada se da de buenas a primeras en el libro y esos conceptos deben ser desentrañados del texto mediante una lectura dinámica y desmitificadora, proceso de revelación muy acorde con los tiempos que vivían América Latina y sus letras cuando Cepeda escribió su novela.








jóvenes

La verdad es que me volví impostor de la crónica porque los caudales de la vida no me dieron otra opción.

Mientras mis jóvenes colegas de hoy día leen en la primera página de los periódicos rígidas noticias sobre política, economía, orden público, gobierno y corrupción, yo bebí de una fuente muy distinta: la primera página de un periódico de mi infancia bien podía incluir, a cuatro columnas, una crónica de Juan Gossaín sobre Pambelé, con la particularidad de que por ninguna parte aparecía la palabra boxeo; u otra de José Cervantes Angulo, sintetizando todo el fenómeno del primer narcotráfico –la bonanza marimbera– a través de los ojos de un sicario pavoroso al que apodaban ‘El Tin’...

Así las cosas, cuando llevaba dos años ejerciendo de manera empírica el oficio, bajo la tutela implacable de mi maestra Olga Emiliani, me brotó orgánicamente la opción de transformar una noticia de cumplimento en una crónica humana y sincera.








jueves, 25 de octubre de 2012

Bob Dylan

En este trabajo PJ Harvey se sumerge en la experimentación sonora y deja atrás la crudeza de sus primeros discos. El folk es el género principal en el cual se construyen las canciones. Arpa, saxofón, mellotrón, trombón, xilófono y el sitar son algunos de los instrumentos utilizados, además de guitarras acústicas que se entrelazan con sampleos, efectos y matices propios de la tradición folk inglesa. Hay marchas, sonidos de canciones de duelo, tonadas que transportan a los primeros años del siglo XX cuando la barbarie apenas se cocinaba. Algunas canciones evocan momentos estelares de bandas como Traffic en su famosa leyenda de 'John Barleycorn must die', sin dejar de un lado la esencia rockera de la artista. La crítica especializada ha ido más lejos y compara el álbum con el 'Highway 61' de Bob Dylan.





miércoles, 24 de octubre de 2012

Beatles


La dedicación -un tanto obsesiva- de Brian Wilson a la búsqueda de un sonido que trascendiera las fronteras del surf rock lo llevó a idear esta placa que influiría posteriormente en un sinnúmero de bandas, no solo en el sur de California sino en todo el país. Aunque en el panorama californiano había grupos también influyentes como The Byrds o The Turtles, los Beach Boys sostenían una competencia tensa con los Beatles.
En ese entonces, el cuarteto de Liverpool ya había cosechado el éxito de la invasión del rock británico en EE.UU., y trabajaba en lo que fue un par de meses después su álbum Revolver. Este también marcó una transición, pero no sería tan impactante como su siguiente disco, Sgt. Pepper Lonely Hearts Club Band, publicado en 1967.