Y así como barre con todo lo que implique poder y burocracia, rescata a grandes figuras como Rafael Pombo y José Asunción Silva, de quien afirma que era un pícaro que estafó a todo el mundo, pero que escribió los 10 poemas más bellos de la poesía colombiana.
Revela que los Cuervo eran también biógrafos y que inclusive, Ángel era mejor escritor y cultivaba mejor el español que su hermano y que cualquiera de su época. Explica (siempre basado en cartas y testimonios) el proceso de elaboración del 'Diccionario de Construcción y Régimen de Lengua Castellana', del que apenas se vendieron 80 ejemplares en Bogotá, cuando Cuervo necesitaba que se vendieran por lo menos mil quinientos.