lunes, 29 de octubre de 2012
Dinámica
La reflexión de Cepeda sobre el destino de los pueblos latinoamericanos y sobre lo que podía ser la temática de la literatura continental se puede reconocer en el cambio de orientación de la obra, que de ninguna manera implica una renuncia a las exigencias de la modernidad. En el decenio de 1940, el joven Cepeda era un escritor preocupado por la necesidad de romper con la narrativa "terrígena", cuyas normas tiranizaban la literatura colombiana de entonces. De ahí, en los primeros tiempos, su dedicación a una temática exclusivamente urbana, y hasta norteamericana en cierto número de casos, puesta en práctica según formas agresivamente experimentales, siendo lo experimental una suerte de opción cosmopolita. Con el paso de los años, Cepeda fue recuperando sus vivencias cienagueras, marcadas por lo rural, pero sin volver a los viejos y parroquiales carriles de la narrativa "terrígena" y usando siempre formas resueltamente modernas: primero con el sutil juego de voces del cuento "Hay que buscar a Regina", y finalmente con La casa grande. Figuran en la novela los abusos y crímenes del imperialismo, las taras de la dependencia, la enajenación cultural e ideológica, la barbarie feudal, pero nada se da de buenas a primeras en el libro y esos conceptos deben ser desentrañados del texto mediante una lectura dinámica y desmitificadora, proceso de revelación muy acorde con los tiempos que vivían América Latina y sus letras cuando Cepeda escribió su novela.
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